6/3/11

2052 (Rozae)

¿Cómo explicaros a vosotros, demonios que sois mis jueces, que estos ojos de cristal hueco atraviesan como una lanza la carne pervertida y agusanada del Tiempo? Mi pesadilla es mi vida está podrida es El infierno, transgrede con la pura existencia las leyes más íntimas del Inmortal. ¡Legión de arcángeles incautos desobedeced la voluntad de quien gobierna la magia negra: reventad a este chiquillo contra el suelo reventad mi alma con un hacha! ¡Gloria a la guadaña que me esquiva desdeñosa de mi sangre suplicante! ¡Mastícame el corazón ardiente oh Muerte a la que sueño! Ansío con tu perdón aplastar el momento en que comenzó esta condena eterna, cuando el furioso rayo de mi Padre cayó en la cabeza del asesino de mi hermano sin partirme el cuerpo en dos pedazos recorriéndome la espina dorsal con este veneno con esta no-muerte que se ríe me asfixia que aúlla me mata sin darme muerte sólo dolor y burla sólo fuego…
El mezquino encapuchado había olvidado su verdadero nombre, porque había tenido muchos. Se deslizaba como una sombra fugada de un abismo por los caminos de tierra que conducían al castillo de su amigo Empalador. La luna se despertó sobresaltada, y tranquila y amarilla echó sobre los árboles negros una sangrienta mirada de plata que abarcaba las desgracias de todos los desgraciados de la tierra. Sonrió al percibir cómo quebraba el silencio el llanto letal del histérico bebé que Judas Mateo Erasístrato Cayo Brutus Segismundo Fernando Torquemada Luciano di Pádova Oscar Gray Nicolás Salazar Thomas Riddle Adolf von Höllen aprisionaba entre sus herméticos brazos de loco. Demasiados nombres, pensó la luna y bostezó con fría indiferencia, para un solo destino. Bastaban las cuatro letras de la palabra asesino.
…¡Bendito el olor precioso de la peste, de la sangre desperdiciada en las guerras de los santos de los reyes! Tumba virgen, terciopelo ensangrentado que la viste de polvo como al esqueleto polvoriento de una novia sin casar, luna que cuidas de mi tumba feliz, ilumina con tu luz perversa las carencias de mis malas artes que fracasan siempre: ¿¿cómo morir?? Ya sé que un corazón humano en cuyo fondo repose enroscado el delicioso mordisco de la muerte debe confiarme lo más valioso para él: un tesoro que incluso las tinieblas puedan respetar. ¡Pues bien: aquí está! El hijo de… de esa mujer de nombre obsceno. Ella ha expirado: yo la cuidaba, yo la asistí después de años y años de forjarme su confianza para mi salvación… ¡Ogro estúpido!, vomitó la luna con crueldad: ¿has matado a la madre de este niño que ruge de hambre para quedarte con el frágil hilo de esta vida inocente? ¡Regalo ilícito, retorcido! ¡Oh juro por Dios (¡haz que existas!) que no, luna maldita! La madre, mi querida (…hipócrita…) Myriam, ha muerto de dolor y cansancio aferrada a mi brazo a mi mano como una enamorada se aferra con las ávidas garras de la memoria a la voz del amante ausente, me entregó a su hijo llena de fe con la esperanza de salvarme a través de esta carne que llora. ¡No comprendes! Sus labios lilas… ¿qué dijeron? Obedezco al sacrificio, chuparé su sangre la joya más importante de Myriam es mía, ella misma me juró que no amaba más al padre que le violó el corazón que al bello fruto de sus cochinadas sus pecados. Éste es…, sí, otro tesoro de un espíritu más que consigo gracias a un ser humano. Pero nunca me ha funcionado lo que me juras que funcionará y el suicidio no sirve para mi carne atormentada. ¿Pues qué hago mal? ¿Acaso todos me mienten, me ha mentido Myriam? No lo creo, demasiadas oportunidades. ¿Y bien? ¿Será ahora la última vez, el último aliento? Ya no puedo más paciencia, he aprendido a volverme como un mirlo blanco puro limpio intransigente con la virtud entregado tú lo sabes perla gloriosa que me juzgas que te burlas en tu trono, reina endemoniada. Me has visto perseguir matanzas y terremotos, tormentas en el mar y todos los bandos de la guerra desleal cañón traidor disparo audaz soldado desertor, me han perdonado la vida rescatado de los escombros, las olas me han arrastrado a los brazos socarrones de la orilla, me han mirado ojos de fuego con odio inhumano el hombre de canela reprimida a cuyo querido padre he matado a sangre fría y ha sonreído al darme la espalda vengándose contigo, sin matarme: me han perdonado por los siglos de los siglos el juicio final que anhela mi boca rota, mi garganta preñada de gritos. ¡Porque saben, todos saben cuando me miran a los ojos llorosos que en mi mente su castigo sería el más hermoso de los dones! No recuerdo a mis padres, ni la cuna de mi demencia ni mi primera patria, ni cuándo cumple años mi condena milenaria: sólo me persigue por el lodo me arrastra para tu gozo puta el nombre de Abel. ¡Desdichado! ¿¿Desdichado?? ¡Dichoso él a quien mi puñal dio tanto sueño que jamás volvió a despertar a la luz infernal del sol que cada día cada día cada día me apuñala! ¡Torturado yo errante hambriento que ansío para mí su suerte y no la obtengo en nombre de la piedad de nadie luna!
El pan del asco y la muerte define a los hombres, jorobado. ¿Dónde buscas la compasión que me reclamas si la madre de este niño te escribe una poesía de amor y tú la lanzas con desprecio al castigo de tu hoguera, cruel ceguera?
La luna recordaba todo. Tiene una memoria impoluta que es un prodigio, más porque las estrellas (…envidiosas…) son unas inconstantes: desmemoriadas. No así la luna; ella sabía. Recordaba el comienzo que había olvidado el mezquino encapuchado, cuando Abel lo maldijo a gritos masticando la oscura cabeza, el cuerpo envenenado de un escorpión mágico. Entonces, este demente era razonable, fornido, alto e incluso guapo, pero con los pasos falsos de los siglos que lo han metido en esta espiral de locura y desconcierto el alma se le ha puesto en la cara hecha jirones, y hoy tiene los ojos antaño de miel virginal inyectados en sangre y celos. La luna suspiró: nada puede hacer por él a pesar de tener algunos momentos de piedad sincera, pues su luz no goza de autoridad para derretir el terco hielo de una tal maldición como la de este loco de tantos nombres difuminados en el olvido del Tiempo que lo ignora a traición aliado con las carcajadas del diablo. Había estado pensando, ¿cómo sacrificar esta vez? Estaba muy ansioso, y sudaba y babeaba. Estaca o puñal o el puro abismo. ¡Tantas y tan gloriosas posibilidades! Como la última vez fue en ese sucio altar lleno de cera derretida (…aquella chillona joven trigueña…) y sigo vivo, echaré a este niñito gritón a las fauces del bosque, desde la torre, mirando al cielo para que sepa de una vez que este nuevo sacrificio es en Su Nombre, decidió. Y equivocándose por vigésima vez el condenado bajó hasta el fondo por las retorcidas escaleras de su mente, subió corriendo las altas escaleras de la torre de su amiguito Vlad. ¡Ese cerdo traidor! Porque él sabía entendía me prometió ayuda y me traicionó con su muerte abyecta ojalá maldito sea mi odio ayude a pudrirlo en el infierno. Arriba en la torre el viento lloraba con mucha pena una canción distraída acostumbrada al fracaso. La luna miraba con fastidio al jorobado que se acercó con cuidado al borde y dejó caer a ojos cerrados al rugiente bebé que chilló y chilló hasta que su destino se hizo trizas contra el fondo de la noche y el silencio cubrió el mundo con un negro manto de risas maléficas. El loco esperó…, esperó…, esperó… esperó… Echó la cabeza hacia atrás y dedicó a la luna un desgarrador aullido de lobo enfermo suplicante que despertó a todos los fantasmas a todas las cucarachas del castillo. ¡¡Seguía vivo seguía vivo no seguía vivo!! Desesperado, volvió a entrar se encerró en la torre a darse de cabezazos contra la pared de roca sangrienta ignorando los consejos del cielo impasible sin dejar de vivir su vida maldita que siguió viva, porfiada, mucho tiempo después de que la hierba creciera a través de las costillas del niñito estrellado y se hiciera lo bastante alta como para ocultar a la hastiada mirada de la luna sus tristes y pequeños huesos.

4 comentarios:

  1. Esposa, tienes un don, y es que tienes una imaginación y un arte para escribir que me deja sin palabras a la hora de opinar sobre lo que leo.

    Yo creo que esta frase "...y el silencio cubrió el mundo con un negro manto de risas maléficas..." lo dice todo. Es magnífico.

    Te amo dulce esposa.

    Mil besos de loto blanco cubierto de miel.

    Esther.

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  2. La forma de escribir es muyy poetica; pero a veces me pierdo y no entiendo jaja
    Hay algunas frases miticas... pero de verdad o soy tonta o es muy dificil, porque no entiendo nada!
    Blanca

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  3. Me parece una verdadera obra de arte oscuro e inmaginativo, un orgasmo de creatividad y una delicia de lectura.

    Todas las imágenes que me has evocado me han llevado a un lugar en el que no sé si quiero estar, pero envidiaría estar allí.

    Eres la puta Atenea Parthenos de esta ronda. Enhorabuena, RoZae.

    Gerson

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  4. me alegro de q os guste po weón, a pesar de los pesares Blanquita ^,^`
    lo llamo para mis adentros mi flipado cuento gótico jajajaja, supongo que su padre es mi amor por la literatura tenebrosa =)
    igual-mente me gustó leer cada Dos-mil-y-pico, y me disculpo ahora por ambas, pq la Stefánia y servidora escampan mañana para Italia y nos va a ser impozible hacer el siguiente!

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