7/3/11

2052 (Estefania con Ketchup)

El Hayedo Meridional es un centro psiquiátrico situado en el piedemonte de los Pirineos, muy próximo al Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido; este sanatorio mental fue creado por el doctor Braun-Blanquet a finales de la década de los ’70, con total ánimo de lucro y, aprovechando que desde el siglo XIX se conoce que las bondades del agua Silícea de esta región,  la suavidad de su clima y la belleza de sus paisajes son  beneficiosos para mejorar la  salud.

En este centro trabajamos un gran número de especialistas en el campo de los trastornos alimenticios y de la drogadicción, y nuestros principales clientes son hijos de familias bien de entre trece y veintidós años, cuyos padres encuentran la forma perfecta de reparar los “defectos” de sus hijos-futuros-directores-de-sus-empresas, sin levantar la más mínima sospecha entre los miembros de su troupe pija-osea-te-lo-juro, ya que el Hayedo Meridional se encuentra muy cerca de Torreciudad, la meca de los miembros del Opus Dei, por lo que pueden dar la coartada de que sus angelicales retoños están realizando ejercicios espirituales, lo que en algunos aspectos no es mentira del todo. Tan perfecto escenario deja pingües beneficios a los directores de este centro, sin embargo los trabajadores somos unos mileuristas más.

A estas alturas de la historia me doy cuenta de que todavía no me he presentado debidamente, me llamo Bérnia Cavanilles Estruch y soy licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia, por la cual me doctoré en Psicología Clínica el pasado 2009. Una vez terminados mis estudios sentía que tenía toda la vida por delante y que mi camino, por primera vez, había dejado de tener una única dirección y podía opositar, estudiar otra carrera, abrirme mi propia consulta, realizar el PIR y otras muchísimas opciones relacionadas con el estudio de la mente humana, mi auténtica pasión. Pero la verdad de todo es que me quedé “más oscura que un nublao” como coloquialmente se dice, debido a que mi nota media no era suficiente como para acceder al PIR, las oposiciones no se convocan hasta 2013, no soy lo suficientemente solvente como para que los bancos que den un crédito, y poder así abrir mi propia consulta, y lo de estudiar otra carrera me apetecía lo mismo depilarme las axilas a esparadrapo. Este panorama me invitaba a quedarme en casa de mis padres viviendo unos años más, lo que choca con el hecho de que amo la libertad por encima de todas las cosas, por ese motivo me puse a buscar empleo en el barrio que me vio nacer, Benimaclet, y me contrataron en la carnicería el Corte Ibérico S.L. donde encontraba gran satisfacción psicoanalizando a los nuggets pollo y a las brochetas, sin olvidar el infinito número de sesiones de terapia que les realicé a las patas y a las cabezas de las gallinas, para que aceptaran que ellas no podían entrar en el cocido…definitivamente los cárnicos no eran lo mío, por ello envié mi brillante currículum por Internet a todos los lugares en los que pudiera desempeñar un trabajo como psicóloga y, aleluya, el pasado Enero de 2010, en plena recesión, me llamaron para trabajar en el sanatorio arriba mencionado, localizado en la provincia de Huesca.

Los primeros diez meses fueron una auténtica maravilla, verdaderamente notaba que todos los años de estudio servían para algo, y hablar con los pacientes era muy enriquecedor porque también me ayudaba a conocer una esfera social  alejada de la mía, y más próxima a la de Carmen Lomana. Sin embargo desde hace unos cuatro meses aproximadamente he estado notando cada vez más y más hastío…¿nadie pone límites a estos niños consentidos?, ¿todavía no saben que se puede ser feliz con muy poco? la verdad es que sus padres también han de ser auténticas mariasteresas de Calcuta, pero el hecho de que tengan dinero por castigo no les da permiso a introducir en la sociedad a esas piezas oligofrénicas y materialistas.

He estado alienándome paulatinamente e incluso tengo la sensación de haber tocado fondo, e incluso haberlo empujado hacia abajo en muchísimas ocasiones, pero todo cambió hace tres semanas, desde que en la habitación 2052 tengo a una paciente que me intriga. Su nombre es Montserrat Segura Contreras, tiene 45 años y es una persona objetivamente plena, sin embargo está aquí… ¿por qué? Montserrat es hija de dos antiguos trabajadores del Ministerio de Agricultura y Pesca, ella trabaja restaurando auténticas joyas del cine en Filmoteca Española, su marido (quien la adora) trabaja como profesor de la Universidad Carlos III y tienen dos hijos sanos, sin embargo hace dos meses en una reunión con Mª Ángelez González Sinde se levantó de la mesa y empezó a gritar a pleno pulmón por toda la sala, su grito fue seco y desesperado y su mirada estaba puesta en la puerta, hacia la que se dirigió con paso seguro sin mirar a ninguno de sus pasmados compañeros. En el tiempo comprendido entre ese acontecimiento y su ingreso en el Hayedo Meridional ha vuelto a tener manifestaciones extrañas como: quedarse dormida en  varios autobuses, marcharse en silencio de su lugar de trabajo en horario laboral, ataques de verborrea y días en los que no decía ni una sola palabra.

Ahora mismo estoy a punto de tener  mi cuarta cita con ella, así que es hora de marcharme a mi consulta, donde ella siempre me espera en la puerta leyendo algún monográfico de Cahiers du Cinema.

-Buenos días Montserrat ¿cómo se encuentra hoy?
-Muy bien gracias, con ganas de hablar.

La verdad es me alegro y la miro con una sonrisa mientras abro la puerta de la consulta, y Montserrat entra detrás de mí y se sirve un café con leche y un poco de Nesquick.

-Bueno Montserrat, ¿cómo le ha ido a usted el fin de semana? ¿Ha hecho los ejercicios que le mandé?
-Pues si, he traído una breve lista de las cosas que me hacen feliz y de las cosas que me impiden avanzar, pero sinceramente me parece un ejercicio absurdo.
-¿Por qué dice eso?
-Pués verá Bérnia, con todos mis respetos, me parece que no tiene sentido mencionar que actos me reportan felicidad y que otros me hacen desdichada como si se tratara de las frases que vienen en el reverso de los sobres de azúcar, me parece que tiene más sentido ver como he llegado a sentir aversión a ciertos asuntos que antes me reportaban bienestar.

La verdad es que me desnudó, acepté su proposición y escuché como me relataba su infancia con todo lujo de detalle, cómo vivió la relación de sus padres, su vida en el colegio, cómo disfrutaba haciendo figuritas de plastilina y poniendo petardos en mierdas de perro secas, pero donde la conversación empezó a tener cierta trascendencia fue al final de la sesión:

-La verdad Bérnia es que mi vida no ha sido especialmente complicada, ni especialmente diferente de la de los demás; durante la adolescencia viví la movida, bailé hasta altas hora de la madrugada en “El Penta”, como todos los demás quería cambiar el mundo, le quería dar una vuelta en ochenta días y al final sólo conseguí ver ochenta mundos en un día gracias al éxtasis y al caballo…la vida y la lentitud con la que se movía me desesperaba, no tenía paciencia, y en aquel momento conocí a Carlos, mi marido, y enamorarme de el fue como probar la mejor droga de todas, una droga con un diseño exquisito, y en pleno subidón (lo que algunos llamarían: en plena enajenación mental transitoria) me quedé embarazada de los gemelos, que se llaman Cástor y Pólux, lo que denota que en realidad soy un poco freakaza.
Durante muchos años esa situación me ha hecho muy feliz, pero como diría Tom More “mi vida era una eterna paja sin corrida”, vivía junto a la línea que, si es cruzada, puede hacer que todo se vaya a pique y empecé a pensar: si cruzo este umbral ¿Qué es lo que he hecho con mi vida?, ¿dónde están mis años de universidad soñados en México?, ¿dónde está el llegar a casa de día y las conversaciones que deseas que nunca se terminen con alguien que te enseña lo maravilloso de la vida?, ¿dónde está la lujuria? ¿Es un trueque equilibrado cambiarla por polvos de diez minutos, de huevos sudados y sin esa mirada de” has de ser mía o muero”?, ¿de qué me sirve recoger a mis hijos del colegio y darme cuenta de que estudian lo mismo que ya estudié yo, y que van a recorrer el mismo sendero que yo anduve y que no fue construido por mi?

La verdad es que escuchar esa reflexión de una mujer "con la vida hecha" que se dice, me dejó la cara a cuadritos, y en ese momento lo único que podía hacer era pedirle que siguiera exponiéndose, parecía evidente que no necesitaba ninguna ayuda psicológica, sino alguien que le escuchara.

-entonces Montserrat, ¿qué vas a hacer? ¿Por qué los gritos en las reuniones y esos cambios de humor tan bruscos?
-Pues respecto a la primera pregunta te puedo decir que ya he dado los primeros pasos y respecto a la segunda pregunta le responderé con un ejemplo ¿vió usted Lost?
-Si, por supuesto que la ví.
-Me alegra, ¿recuerda el momento en el que John Locke se niega a pulsar la tecla en contra de la voluntad de sus compañeros?
-Por supuesto que recuerdo aquel capítulo, pero no sé exactamente a dónde pretende llegar Monserrat.
-Pués verá Bérnia, como ya sabrá la tecla es un fetiche, es un objeto que simboliza el estado de los personajes  en un momento determinado, y el hecho de no pulsarla es arriesgado y va a suponer un cambio en cualquier caso : si al no pulsarla no pasa nada dejarán de hacer el capullo cada 108 minutos, pero si pasa algo el futuro de todos ellos está sujeto a la incertidumbre.
-Entiendo, continúe por favor.
-Pues verá he asumido el riesgo en mi vida y no he pulsado la tecla y la verdad es que dejarme llevar por mi lado más salvaje me ha venido muy bien, de hecho me gusta ver como mis yuppies y “pijos progres” compañeros me miran con condescendencia, y me gusta notar que me han estado criticando, creo que les he removido algo por dentro, porque verás Bérnia, todos ellos renunciaron a muchos de sus sueños porque algún pazguato en algún momento de su vida les dijo que tenían que poner los pies en la tierra ,y ellos ahora son los pazguatos que les dicen a los jóvenes que dejen de vivir en las nubes, y el hecho de que vean como estoy a punto de abandonarlo todo en pro de mi libertad les recuerda que su vida quizás no está fundamentada en una certeza absoluta, y en ese caso sería una mierda y les tocaría hacer algo que odian: pensar y reformular su modus vivendi o aceptar que son unos pringaos más.

-Después de esta descripción, me parece que ha quedado claro que va a abandonarlo todo y va a buscar nuevas experiencias, quizás fuera de España, y de ese modo es como encontrará la felicidad ¿no es así?

-Por supuesto que no es así Bérnia, he venido al Hayedo Meridional para que alguien me escuche y a debatir todas las opciones, esto realmente sería un cambio muy radical en mi vida, pero ya sólo estando aquí me siento como Von Humboldt, por tanto la pregunta se la hago yo a usted ¿Qué haría en mi situación?, ¿abandonaría un presente cómodo por un futuro incierto?

-Verá Montserrat, ya que estamos poniendo ejemplos le plantearé la siguiente situación: en un corral dos gallinas hablan sobre sus sentimientos, su libertad y sobre  el papel cumplen ellas en el mundo, pero la verdad es que todo eso no va a impedir que sus cuerpos muertos terminen sobre una bandeja de PVC en una nevera de Mercadona a 2€ el Kg., sin embargo otras gallinas salvajes viven siguiendo sus propias normas, ellas han de preocuparse de huir de otros depredadores, y su vida termina con una muerte natural, pero pese a haber sido libres nunca lo han sentido. Lo que vengo a decir con esto es que el concepto libertad desaparece si lo hace el concepto represión, quizás una manera de encontrar lo que buscas es en contraposición de lo que actualmente tienes, pero si cambias tu presente puede pierda valor aquello que alcances, y tu concepto de libertad mute, pero a cada paso que das el horizonte se aleja otro paso, pero pese a ello nunca hay que dejar de perseguir al sol.

-¿qué harías tú?

3 comentarios:

  1. So you run and you run to catch up with the sun but it's sinking, racing around to come up behind you again. The sun is the same in a relative way but you're older, shorter of breath and one day closer to death(?)

    I LOVE YOU PERLACA

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  2. Quería movimiento, no una existencia sosegada. Quería emoción y peligro, así como la oportunidad de sacrificarme por amor. Me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila que llevábamos.
    LEON TOLSTOI, Felicidad Familiar

    Nadie debería negar (...) que el nomadismo siempre nos ha estimulado y llenado de júbilo. En nuestro pensamiento, la condición de nómada está asociada a escapar de la historia, la opresión, la ley y las obligaciones agobiantes, a un sentimiento de libertad absoluta, y el camino del nómada siempre conduce hacia el oeste.
    WALLACE STEGNER, The American-i West as Living Space

    Alex.
    ^^

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  3. Hola mujer,

    como me alegra que al final escribieras :)
    Además me ha encantado, una historia que te engancha de verdad. Me he quedado con más ganas de conversación entre ellas. Lo de la libertad ha estado muy bien, cierto es que cuando no la tienes luchas por ella, y cuando tienes la que tenías quieres más o tú concepto sobre ella varía.

    Excelente historia guapa ^^

    Pasalo en grande con mi dulce esposa por Italia ^^ nos veremos cuando regreses.

    Mil besos.

    Esther.

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