11/12/11

Inquilinos en esta celda (Blanca)

En una habitación luminosa y con vistas al mar mediterráneo, se reunían cada miércoles por la tarde a partir de las seis, cinco jóvenes inquilinos y anónimos de entre veinte y treinta años.

Preparaban algo de café con pastas, diversos dulces, y de fondo, el sonido de una música tranquila y encantadora.

La sala estaba conformada una mesa redonda y sillas, era lo más importante.
Al cabo de diez minutos, después que se abrieran las puertas de la estancia se produjo un silencio incómodo, el cual fue roto por una voz melodiosa.

- Buenas tardes y bienvenidos otra semana- decía la coordinadora del grupo, para dar inicio a la sesión del 15 de octubre.- Bien, hoy trataremos un caso especial, os propongo el caso a resolver.

Sacó de su portafolios un fajo de hojas y fueron repartidas paulatinamente entre los diez asistentes. Era la presentación de un caso que había que resolver; éste rezaba así:

LA INTERVENCIÓN FAMILIAR: VALORACIÓN Y PLANIFICACIÓN
Presentación caso familiar.
Laura, de 14 años, estudiante de 3º de la ESO, acude voluntariamente a SEAFI (servicio especializado de atención a la familia e infancia), con el fin de llevar a cabo una intervención familiar.


Laura a día de hoy vive con su tía  paterna, desde que se aprobó un acogimiento familiar simple, hace dos años, con el consentimiento de sus padres biológicos.


Su padre, Manolo de cuarenta años vive con su madre en un pequeño piso del centro de Valladolid, éste tuvo un accidente de tráfico el pasado año y se quedó minusválido temporalmente. La relación con su hija es muy buena, al ser un padre atento y cariñoso. Voluntariamente, decidió alejarse de su hija Laura una temporada. Se comunica con ella por teléfono casi todos los días y la ve algún fin de semana.


La madre de Laura, Juana, sufre depresión desde hace dos años debido a la muerte de su madre y la pérdida de su trabajo como dependienta en un comercio, actualmente tiene un problema en relación al consumo excesivo de alcohol. La relación con su hija es algo complicada, pues nunca quiso saber nada de ella, al ser un embarazo no deseado.


 Nunca han sido una familia propiamente dicha pues la madre al dar a luz se la entregó al padre y se marchó; Manolo se dedicó a cuidar a su niña, a la que quería con toda el alma, pero tras tener el accidente de tráfico decidió alejarse de ella, aún no sabía si había ido buena opción, pero necesitaba una temporada para adaptarse a su nueva condición de minusválido.


La relación con su tía paterna, Aurelia es un tanto tensa pues tienen personalidades dispares y la convivencia doméstica a veces se hace difícil.


La niña Laura, de gran capacidad cognitiva y una alegría inhóspita, acude a SEAFI con su tía paterna en busca de ayuda profesional.

Tras la lectura del documento en silencio de todos los participantes en aquella sala, todas sus miradas, fueron redirigidas directamente a la pedagoga- coordinadora del grupo de jóvenes.

- Bueno, ¿qué os parece el caso? No es tan radical como en anteriores semanas. ¿Creéis que tiene solución el caso? No me refiero al hecho de que Laura vuelva a estar con su padre Manolo, sino la relación con su tía. ¿Cómo creéis que puede mejorar la relación?- comentó la coordinadora.

- Pues yo creo que se podría mejorar, siempre se puede; solo habría que ahondar más el caso… las personalidades de tía y sobrina…

- Vale, quiero aclarar que la tía de Laura es una narcisista total, solo se preocupa de ella y muchas veces descuida a Laura, ésta necesita atenciones, no tantas como una niña de cinco años, pero necesita ser escuchada, claramente, no lo basta solo comunicarse con sus compañeras de clase, sino una referencia adulta a la cual apoyarse, y ahora que no está su padre, al que añora infinitamente, su tía ocupa ese rol.- aclaró la pedagoga.

- ¿La tía de Laura tiene hijos? ¿O solo viven ellas dos solas?- inquirió un joven con cara inquisitiva.

- No, no tiene hijos y ese es el problema: dice que ella no sirve para educar a una niña a esas alturas, que no tiene tacto, pues nunca ha tenido hijos y claro, vive con Laura desde hace dos años tan dolo, estas asperezas son normales, pero también evitables o se les puede buscar una solución…

- Un pregunta…. Creo que no nos ha quedado muy claro en el texto, ¿Porqué motivo en concreto el padre de Laura decide alejarse de ella si tan bien se llevan y se quieren tanto?.- Otra joven preguntó interrumpiendo a la coordinadora.

- Ese es el mayor problema que se nos presenta, Laura quiere estar con su padre y éste quiere a su hija muchísimo, pero parece ser que Manolo está en una etapa de su vida algo dura, pues no hace ni un año tuvo un accidente con el coche que le cambió la vida. Se quiere adaptar a su nueva condición de minusválido, parece ser que no quiere convivir con su hija Laura y que lo vea así, tiene mucho orgullo.
- ¡Pero eso es ridículo! ¿Ella sabe que su padre está en una silla de ruedas?.

- Sí, claro que lo sabe, en estos momentos está un poco enfadada con él. Cuando la visita, no se comporta como antes y está mucho más reticente con él. Laura se piensa que lo que hizo su padre fue un abandono claro, el hecho de dejarla con su hermana, aquella mujer que no la escucha. -la coordinadora hizo una pausa y nadie habló, se respiraba tensión en el ambiente, aquellos inquilinos mirábanse pensativos entre las cuatro paredes de aquella celda- El problema reside en que la niña está en estos momentos en una etapa crucial de su vida y necesita ser escuchada, ya no por un igual, sino por una autoridad familiar, pues es notorios que se siente rechazada y lo peor de todo, que cree que merece serlo y eso puede influir en un futuro en su personalidad teniendo una baja autoestima.

- Bueno, eso solo son suposiciones y divagaciones de un futuro, yo creo que lo que hay que incidir es en el problema presente. Lo que yo habría es hablar con el padre del problema, Laura quiere estar con él en vez de con su tía, que apenas le hace el menor caso y el padre la quiere, ¿cuál es el problema? Este caso familia lo veo facilísimo…

- No creas, aunque a veces se quiera a las personas con ahínco, como puede ser este caso padre-hija, las cosas no son fáciles, Manolo cree que ha perdido autoridad sobre ella, cree que no es capaz de educarla como se merece y nos ha dicho por teléfono mil veces que lo hundiría el hecho de que su hija lo viera en esas condiciones…

- Vaya, qué impotencia… - comenta para sí un joven.- Bueno, aún no hemos hablado de la madre, ¿acaso ella la ve, se interesa por su hija?.

- La madre como dice el texto tiene  un problema con el alcohol y está  en tratamiento, ninguna de las dos tiene intención de ver a la otra, así que no insistimos sobre ese punto.- aclara la pedagoga.

- Y ¿cuales son las aspiraciones de Laura, sus gustos, aficiones, metas?.

- Ella quiere ser maestra de momento, eso dice, le encanta tocar la guitarra, las películas de fantasía y le gusta mucho cocinar. La verdad que se le coge cariño, es una niña encantadora.

- ¿Y porque el día próximo que se encuentren padre e hija se prepara un taller de cocina? Yo creo que si se implican los dos en hacer una actividad será satisfactorio para ambos.

- ¿Queréis conocer a Laura? Está en la puerta esperando entrar.

La puerta de la celda se abrió, una nueva inquilina entraba para ser escuchada todo el tiempo que quisiera aquella tarde del mes de octubre.
BLANCA

1 comentario:

  1. Curiosa entrada. Me ha gustado.

    Has definido el título de una forma distinta,en relación a comos los estabas definiendo últimamente (más paranormales, por así decirlo).
    Me hubiera gustado leer como resolvian el caso estas/os futuros pedagogas/os.

    Un beso y buen trabajo :)

    Esther.

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