Enciendo la luz y la veo a ella. Está de espaldas a mí. Tiene algo en las
manos. No sé que es, pero me lo imagino. Me incorporo en la cama y me cubro con
la sábana, con real miedo. “¿Qué haces aquí?” le pregunto confuso. No obtengo
respuesta. Siempre con su aire misterioso. Sé que es ella, la reconozco por su
olor. Un aroma a lavanda siempre recubre su ser y embadurna sus pasos. “¡Es que
no piensas decirme que cojones haces en mi casa a las 3 de la mañana! ¿Quieres
que me de un ataque al corazón o qué?” le recrimino molesto. Se abalanza sobre
mí, y se queda mirándome a los ojos, petrificada, con un cuchillo que acaricia
mi garganta. Estoy muerto, lo sé, voy a morir. La hoja del cuchillo brilla, y
esa luz plateada me ciega por un momento. “¿Dónde está Jessica?” me pregunta
apretando el cuchillo. No la reconozco, tiene el pelo cambiado, ha pasado de su
habitual negro azabache a un cabello con feas mechas rubias, sus facciones aún
más duras le envejecen el rostro. Va vestida de forma extraña, con una falda
rojiza con vuelo y un suéter de lana espantoso, unos tacones de aguja estilizan
sus finas piernas. “¿Dónde está Jessica?” me repite seria. No consigo respirar
y solo la miro con culpa, esperando a que me absuelva. Que en su maltrecho
corazón quede algo de compasión, una chispa de amor por una persona que la
quiso y aún sueña con volver a tener una vida con ella, juntos, con Jessica.
Entra David, con su habitual bolsa plastificada y amarilla. Preferiría que
fuera ella la que acabará con mi vida, antes que esta sanguijuela que la
persigue enamoradizo. Ella se levanta de la cama, dejando espacio a David, el
torturador. Me aprieto contra el cabezal de la cama y tiemblo. “Hacía mucho
tiempo que no nos veíamos Lee. Estás igual, solo que más viejo. Te has sabido
esconder bien durante estos años. Pero ya nos conoces, de nosotros no se puede
escapar. Ahora Fiona te hará una pregunta y si no la respondes, ya conoces mis
habituales métodos. Pero solo te digo una cosa, he estado perfeccionando mis
técnicas. Ya no soy ese chaval que contrataste para tus trapos sucios”. Cada
palabra suya duele más que la tortura que me espera. “¿Dónde está Jessica?” me
pregunta Fiona de nuevo. No respondo. No quiero que se la lleven, no, si no me
quedaré solo. David se acerca a su bolsa y saca unas tijeras metálicas, las
típicas que se usan para la costura. “Voy a coger tu mano derecha y te cortaré
el dedo anular, no mucho, solo una pequeña parte. Después clavaré las tijeras
por dentro de tu dedo y las abriré, partiendo así tu dedo. Uno tras otro,
comenzando por las manos y luego por los pies. No vas a poder ni dar un solo
paso”. Me orino encima y él se ríe de mí. Ata una de mis manos al cabezal de la
cama. Comienzo a patalear y Fiona me clava su dura mirada. Deja el cuchillo
sobre el escritorio y saca una pistola de detrás de su espalda. Me apunta seria
y vuelve a preguntar “¿Dónde está Jessica?” Cierro los ojos y aprieto los
labios. Me quedo inmóvil. David corta mi dedo y no grito, no quiero darles ese
placer. Siento que me desmayo. Un gran charco de sangre mancha la cama y
salpica al pulcro traje amarillo de David. “Lee, ahora voy a introducir las
tijeras por tu dedo. Bueno, por lo que queda de él. Va a doler, te aviso”. Parte
mi dedo en dos y no contengo el alarido que rompe mi alma. Mi dedo queda
totalmente desfigurado, abierto de par en par. Escucho un ruido, Fiona también.
El pomo de la puerta comienza a temblar. Y entra por la puerta, sin conseguir
esquivar la bala que le golpea el pecho. “¡Jessica!” grito. Fiona se abalanza
sobre ella y la mira, con los ojos confusos. “¿Es Jessica?”, pregunta. No la
reconoce. Jessica tiembla en el suelo, muriéndose en sus brazos. Fiona no logra
aguantar un par de lágrimas, que finas, caen sobre el rostro de su hija. Una
total desconocida, la cual le arrebataron de sus manos y que durante años lucho
por volver a tener a su lado. “¿Mamá?” susurra Jessica. Fiona la apreta con
fuerza y la mira a los ojos. Mientras acaricia su liso pelo. Jessica deja de
respirar. Lee comienza a llorar. Fiona coje el arma con determinación y le
dispara. No quiere volver a escuchar a ese sucio cerdo. Sus sesos quedan
repartidos por todo el dormitorio. Y David y ella huyen, pues es lo único que
ya pueden hacer.
(Esther)
MMmmmm, no entiendo muy bien what's going on, ni la relación entre los personajes... Lo único que me queda claro es la influencia de Utopía xD, por lo demás,, necesitaría algunas aclaraciones de cuál era la idea básica ... ^^'
ResponderEliminarRosa
Aclaraciones básicas: 1. David y Fiona fueron pareja y tuvieron a Jessica, 2. David se llevo a Jessica lejos de Fiona, 3. Lee y David trabajaban en algún contexto donde se necesitaran torturas para sacar información a la gente, 4. Fiona no reconoce a Jessica, y la dispara sin saber quien es y 5. Jessica si reconoce a Fiona, sabe que es su madre.
EliminarPor supuesto que me ha inspirado/influenciado Utopia (serie revelación de este año, junto a Masters Of Sex, muy recomendable también).
Os quiero :)