29/4/11

Pegando tiros al mar (Blanca)



Por todas las tardes con mamá viendo estas pendejadas, carajo!

La telenovela mexicana: Pegando tiros al mar, se retransmitía por el canal nacional de lunes a viernes por la tarde, a las cuatro, después del noticiero informativo.
Era una telenovela conocidísima a nivel nacional como internacional, siendo galardonada con muchos premios de televisión.
Los actores también eran bastante conocidos a nivel nacional  y en general la producción y dirección tenían años de experiencia con otros folletines amorosos radioteletransmitidos. Pagaban bien.
¿Y de qué trataba aquella serie?
Pues de lo mismo que muchas otras, no había variación en el tema principal, sus puntos álgidos eran los líos amorosos, las infidelidades y traiciones, las luchas entre familias, las diferencias económicas de los protagonistas, el deseo tirando a lujuria a veces, la venganza, la traición…
En realidad se notaba a la legua (aparte de por el carismático acento ándale, ándale mi chamaquita !!!) que aquella telenovela era mexicana. Y muchos mexicanos sentíase orgullosos de que aquel producto nacional fuera tan popular fuera de sus tierras.
Los hechos se producían en el ficticio pueblo marítimo de San Blas, una zona costera de cinco mil habitantes con puerto, playa de arena y guijarros en sus costas y un inmenso monte que la cubría en la zona del interior.
El personaje principal era Luisa María, una bella cantante en un local del pueblo marítimo, pero pobre, era huérfana de padre y vivía en una pequeña casa con su madre y su hermana menor. La joven era alegre, cariñosa, preocupada por su familia y muy protectora, algo ilusa a veces.
El otro personaje principal era varón: Maximiliano, el apuesto y rico heredero de la  emprendedora empresa pesquera de su padre. Era un niño mimado sin remedio y aún a sus veintiséis años lo demostraba día a día. Su salud era algo precaria, era altanero y orgulloso, pero en el fondo sabía apreciar a las personas que lo respetaban.
Los hilos del destino así como los del guión harían que a os largo de la telenovela éstos dos personajes se conocieran, enamoraran, lucharan por las “adversidades” y al final se unieran para siempre en un vicio de amor desenfrenado que a muchas muchachitas en edad de ser iniciadas así como de viejecitas sensiblemente sentimentales, nunca cansaban éstos finales aburridos y previsibles.
Los personajes secundarios giraban en torno a la familia y amistades de ambos, habiendo de todo: antiguos novios y novias, tíos, abuelas, primos, padres, hermanos, amigo/as de la infancia… Así como alguna zorra que siempre lo jodía todo, eso nunca faltaba ni faltaría nunca.
Para que os hagáis una idea de esta telenovela, el guión de un capítulo rezaba así:

<<-¡Oh! Maximiliano!
¿Cómo pudiste hacerme esto? Es la peor calumnia que imaginé que hicieras, nunca pensé que furas así de cruel pues! ¿Por qué lo hiciste? Me has roto el corazón en pedazos- Bárbara llora desconsoladamente y entre lágrimas a media voz- ¡Te odio! Nunca te perdonaré lo que me has hecho. Eres un traidor, un cobarde de la peor calaña.
Maximiliano la agarra por los hombros.
- ¡Ándale carajo!  Pero no digas eso que no tiene sentido. Te tienes que calmar  que ha sido todo una equivocación.
-¿Una equivocación? Aún te atreves a defenderte después de lo que he visto carajo? Maldito pendejo, ojala te quemes en el infierno.
- Mira chamaca que tú no eres mi mamá, no te tengo que rendir cuentas de nada. Yo soy libre para hacer lo que me plazca pues! No eres mi esposa ni nunca lo serás.
- ¡Ay, Maximiliano! Nuca pensé que te dijera esto, pero estoy embarazada de ti. De dos meses.
-¿Cómo?- la cara de Maximiliano se descompone en una mueca de asombro.>>

Tras ésta escena se da paso a los anuncios de televisión: la marca de un dentrífico blanqueante y protector de encías sensibles, pañales para bebés, una señora anunciando una marca de café delicioso que además incluye un sorteo, una aspiradora muy eficiente, una crema de depilar anunciada por mujeres en un playa, una revista de moda y de corazón…
Dos señoras mayores estaban en una habitación una atenta y otra no tanto a causa del sueño.
- ¡Rosario! ¿Te preparo un café mujer? Que parece que te duermes; no te duermas que está muy  interesante hoy. Y si no me empiezas a preguntar y no puede ser.
- Estoy bien Dolores, es que ayer estuve con mis nietos en el parque y ahora estoy un poco cansada, que me duelen los huesos una barbaridad.
- ¿Quieres un analgésico?-  la mujer ríe - por medicamentos no te preocupes, que mi casa parece una farmacia.
-Oye, y que interesante que está la novela ésta, eh? Yo me enganché por mi hija que la ve todos lo días, la empezó a ver desde el principio, pero yo no, bueno me iba contando cómo estaban las cosas. ¡Qué mal que me cae el Maximiliano ese! No lo soporto, espero que cambie a lo largo de la serie.
-¿Si? Pues no se mujer, a mi me gusta.  Además que es muy guapo, el más guapo creo yo. ¿Y la Bárbara? Yo creo que la peor de todos, es una bruja, se hace la víctima pero seguro que el hijo que espero no es de Maximiliano.
-Sí…. Yo creo que lo está engañando con lo del embarazo para que se case con él, pero el hijo no será de él.
- Seguro…- la señora Rosario se levanta del sofá- Yo voy a hacer café para las dos ¡y no me lo rechaces!
Dolores ríe.
-Si te pones así seguro que no te lo rechazo. Pero corre que empieza dentro de poco.

Otra escena bastante conocida de la telenovela mexicana “Pegando tiros al mar”, se encontraba a mitad de todos los capítulos de la serie, que a veces parecía interminable:
<< - ¡Oh mi amor! ¡Cuanto te he extrañado desde que decidiste no volver a verme nunca! ¿Por qué lo hiciste pues? No tuvo sentido, sabes que no puedo vivir sin ti.- dijo Maximiliano con voz melosa. Estaban tumbados en una cama de una cabaña localizada en una isla desierta.
- Espero por tu bien que no me mientas más, aún estoy enojada contigo. ¿Crees que trayéndome a este sitio harás que caiga rendida a tus pies sin más. ¿Qué es lo que quieres de mi Maximiliano? Sinceramente.
- Pues que no lo ves Luisa María? Ya te lo dije amor, que estoy enamorado de ti, créeme te lo suplico. Huyamos, no me importa mi familia, no tengo apenas relación con mis padres. Yo solo quiero estar contigo…
-¡Pero estás loco! Tienes un hijo al que cuidar, mi mamá no me deja estar contigo y no quiero problemas, yo también te amo mucho, pero lo mejor es no hacer falsas promesas, porque acabará mal.
- Si me amaras Luisa María, huirías conmigo sin prejuicios ni reproches. Además sabes que Esteban no es hijo mío, la arpía de Bárbara me dijo que yo era el padre para casarme con ella, pero no es cierto, estoy seguro. El lunes dirán los resultados de la prueba de paternidad y estoy seguro de que todo eso es un embuste, una excusa para que me case con ella. Pero no lo logrará.
- ¿Pero que quieres pues? Se nota que eres un mimado redomado pendejo! Se nota que tienes la vida solucionada y no eres nada realista con la situación, ¿no ves que me estás complicando la vida? Ojala nunca me hubieran echado el ojo en aquel bar del demonio.
- Te juro que te sacaré de aquel antro María Luisa, tu vales más que cantante en un local pérfido.
- ¿Déjame en paz, quieres? Pero ¿quien te crees que eres en mi vida? No eres mi papá para decirme lo que tengo o no tengo que hacer, lo que valgo o no, yo ya soy mayor de edad y puedo a veces ser inocente, pero no tonta ni estúpida. Si me dejas sana y salva otra vez en San Blas no te denunciaré por secuestro.
- Lucia María, no te me enojes ni me amenaces mujer…>>

 Malditos anuncios otra vez, esto nunca falla. Y el tipo de anuncios los mismos: dirigidos a mujeres amas de casa; ningún anuncio de un coche, de prensa deportiva, cuchillas de afeitar, perfumes masculinos…. Nada. ¿Era “protocolo televisivo”’? Daban por sentado que los hombre no veían esas series y éstas estaban adaptadas completamente al público femenino... De todas las edades.
Bueno a partir de trece años.
Sandra y Raquel eran dos colegialas de catorce años. Les encantaba “Pegando tiros al mar”, no se perdían un capítulo. Aunque a las dos, que eran muy amigas, les cargara sobremanera el acento mejicano, estaban enganchadísimas a la serie y dedicaban su dulce tiempo a sentarse en el sofá (un día en casa de una pues eran vecinas) y dejar los deberes para más tarde.
- Mamá, dile a Rodrigo que nos deje en paz, que casi no nos deja escuchar en paz la tele, joo. - suelta Sandra.
- Si me prometes que luego harás los deberes.
- Si, por fa mamiii…
- ¡Rodrigo! Estate quieto, anda ven conmigo que te voy a preparar creps de chocolate.
- Mmmmm- el niño saca la lengua a las muchachas en señal de que se va por los creps, no porque se lo piden ellas.
- Raquel, ahora vengo, voy a la cocina.
Al poco rato vuelve con una bolsa de patatas fritas y dos Coca colas.
- A ver si ahora nos dejan  ver tranquilas la serie…
- Si… Anda mira! ¿Esa no es la bicicleta que quieres? Está de oferta.
- Sí es esa, ya veremos si mis padres me la compran, depende si en navidades traigo todo aprobado a casa…
- Jajaja.. Yo con eso no tengo problema, el problema es que me compren una cosa así, ni siquiera para Reyes, bueno… no me preocupa, ya lo tengo asumido.
- Oye, Raquel… ¿Por qué siempre tiene que hacer anuncios cuando está superinteresante? Me pone de los nervios.
- Si… a mi también.- Se queda pensativa unos instantes- Buah, ojala me pareciera a Luisa María, ¡es súper guapa! Además no es como las otras mujeres de la telenovela que son supermalas, y el Maximiliano tiene mucho que hacer si la quiere conquistar, no lo tiene fácil.
- Es el protagonista de la serie y se sabe que acabarán juntos, pero no sé…. Como no cambie. A mí no me gusta, me da mala espina, ¿sabes?.
- Yo creo que cambiará por ella, no lo culpes, con unos padres así es normal que sea así el hombre. Además se sale del tópico de que los protagonistas chicos sean todos muy buenos. Le da un toque interesante.
- A mí no me gusta…
- Qué insinúas, ¿que no te gustan los hombres? Porque Maximiliano es…
- Mira que eres superficial, eh?. Que no me gusta ese hombre no significa que odie a los hombres o que todos sean así…
- La mayoría…
- ¿Hablas por experiencia? ¡Tú que sabes!


El canal que retransmitía la telenovela “Pegando tiros al mar”  emitía los últimos capítulos de la serie. Había durado cinco meses. Y tenía un final feliz, como se esperaba. Para no defraudar, claro.

<< El escenario se trata de la casa de Luisa María. Las muchachas estás vestidas de blanco, trajes de novia. Se van a casar el mismo día.
- Ay mis pequeñas mujercitas, que ya se me casan. Es un día feliz y triste a la vez chamaquitas…
- No te preocupes mamá-  dice Camelia abrazándola- nos seguiremos viendo, no te dejaremos sola. Anda, que tienes que estar bien linda este día. - exclama secándole las lágrimas.
- Nada, tranquila mihijita, que lloro por la ilusión, ya tu sabes. Buena suerte van a tener esos chamacos de tomaros por esposas. ¡Que se esmeren en cuidarlas a las dos como dos joyitas!
- Ándale María Luisa, ayúdame a abrocharme el vestido.
Las mujeres se preparan en silencia unos instantes mientras su madre las observa.
- Mis dos niñas, aún me acuerdo cuando jugabais por esta casa gritando como locas o peleando por un juguete. ¿Que rápido pasa el tiempo!  Prométanme muchachas que no perderán contacto, la familia es lo más importante. ¡Ay virgencita de Guadalupe, cuídamelas!- dice santiguándose.
Luisa María ríe mientras ayuda a su hermana con el peinado.
- Y aún me acuerdo cuando tú decías de chiquita, ¡no me pienso casar nunca! La verdad estabas muy convencida.
- ¿Dije eso? No me acuerdo.
Tocan la puerta.
- ¡Ay, ya están aquí! Qué nervios, voy a abrir…
- Pues se vana esperar un tantito, cinco minutos, casi estamos.
La madre se va a abrir y cierra la puerta tras de sí, las hermanas se quedan en la habitación.
Se miran cómplices.
Ríen al unísono.>>


-  Bueno, quito esto ya que me está poniendo de los nervios…
- ¿Y ésta es la famosa telenovela que ve tu madre? ¡Por Dior, qué horror!
Isabel y Susana estaban aburridas una tarde de verano, eran amigas de la infancia y vivían juntas, rozaban las dos la treintena. Acabados ya los estudios universitarios y con suerte las dos con empleo.
- No me gustaría vivir allí, la sociedad es doblemente machista, que ya e decir…. No lo soportaría es mas. Pero bueno, supongo que las mujeres están acostumbradas a los roles masculinos y femeninos. Telenovelas pordioseras como esta son la encarnación de la sociedad dominante de macho.
- Pues sí…. Y es un poco problema, porque es muy conocida esta serie, claramente entre las mujeres, y de todas las edades, eh? Desde las muchachas que aún van a la ESO hasta mujeres mayores que no tienen nada que hacer en su tiempo libre.
- Además, que no sé qué hay de interesante en estas series mexicanas, yo con mi madre de pequeña veía- Susana ríe- yo no me escapo… y me atrevo a decir que tú también alguna vez te has enganchado. Lo que decía que son siempre lo mismo, no hay nada de nuevo, ni de original creo yo…
- No, yo no me he enganchado nunca a una telenovela de estas y gracias, no las hecho en falta.
- Lo que tienen es que enganchan, como las drogas, te deja al final con la intriga… aún me acuerdo como si fuera ayer cuando las veía con mi madre en el sofá…
- Rollazo… y los finales felices, ¿qué opinas de los finales felices? Qué monotonía, siempre igual.
- Voy a preparar algo de café, me gusta esta conversación.
                                                  Blanca.

1 comentario:

  1. Hola Blanaca,

    jajaja no me esperaba para nada que se te ocurriera este tipo de historia con el título. No pensé que podría ser el titulo de una telenovela xD

    Una historia original ^^ me gustó que intercalaras las escenas de la novela con las de las expectadoras. Y has dado en el clavo con el pérfil espectadora y con la trama (siempre igual) de las telenovelas.

    Ah! y me gusto mucho esta frase "Los hilos del destino así como los del guión..." y hay un par más destacables.

    En fin Blanca, this is the end, hasta qur volvamos de examenes. Ya tengo mono de escribir, yo creo que seguiré subiendo cosas, cuando tenga tiempo.

    Besos guapísima!!!

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