13/8/14

Tormento y Tormenta (Blanca)


JACOB
¿Por qué no la soporto? Diana realmente es siempre todo lo que anelé durante mi adolescencia. Ella se me antojó una diva nada más verla; sus ojos azulados me transmitían la paz que ahora ella misma me ha arrebatado. Todavía recuerdo con suma claridad ese día, estábamos mis amigos y yo liándola como ninguna otra pandilla en una discoteca a las afueras de la ciudad. Un amigo mío quería meter bulla y propinarle una buena paliza a un chaval, que por lo visto, “le había mirado mal”, según dijo. Yo, ya me estaba comenzando a cansar de ellos por aquel entonces y cada ve salía menos de fiesta. Quería estabilizarme, encontrar a alguien con quien poder confiar y estas a gusto. Choqué con Diana. Le pedí disculpas ya que le había pisado el pié y al principio algo reacia a las conversaciones con desconocidos, pero más tarde vio que me gustaba como un tonto y se apiadó de mí. Yo también le debí parecer atractivo, pensé, sino se hubiera pirado sin más. Descubrimos un par de gustos en común y al descubrir que no era el típico chico que busca sexo una noche, nos dimos los teléfonos y comenzamos a quedar. He de reconocer, que no es una historia original, pero es la mía. Y la guardo con cariño, a pesar de todos algunos momentos tan oscuros, en especial ahora.

Durante el noviazgo Diana era encantadora, una chica recatada, algo tímida, pero a la vez madura y divertida, si es cierto que tenía sus manías , como el querer siempre tener la razón en todo o ser algo excéntrica en algunas ocasiones. Al saberme un loco enamorado, hacía y deshacía a su antojo y no le importaba lo que pensara, aunque sí es cierto que en una ocasión me cabreé en exceso y me pidió disculpas, pero eran pocas las ocasiones. Por aquel entonces, me creía capaz de soportar de ella todo, con sólo ver sus ojos celestes me bastaba para ser el hombre más afortunado del mundo. ¿Que suela curso? Mira, me da igual.

Pero la relación comenzó a hacer equilibrismo comenzando la convivencia. Después de tres años de conocernos, le propuse de alquilar un pequeño piso a las afueras de la ciudad, para ahorrar más y ella accedió, aunque se lo pensó como dos meses. Ahí pude conocer realmente a Diana, ya que de pasar a vernos una vez a la semana a todos los días, hay un gran paso. Intentaba ser amable y complacerla, pero parecía que todo le sentaba como la mierda. Así que contraataqué y me volví más rudo y terco que antes, por lo que ella, que no se queda corta dejó de hablarme como una semana, y así por, desde mi punto de vista, memeces, e ha ido estropeando aquella mirada tan bonita de antaño. Ahora Diana es mi tormenta y no se que hacer con ella. Es una tormenta, la amo, pero a veces la estrangularía.

DIANA
Mis padres, siempre me lo han dado todo. Soy así aunque a muchas personas no les guste. Pero también por otro lado, creo que tengo puntos buenos, ?no?. Todo el mundo los tiene y creo que es reconocible saber identificarlos y potenciarlos. Soy una chica responsable, que sabe lo que quiere y muy sincera.

Cuando conocí a Jacob apenas era una niña, había quedado con mis amigas para salir de fiesta. Era la primera vez que iba a una discoteca y aunque a mí no me agradó la idea desde un principio, acepté. Y bueno, pues ya te puedes imaginar. En realidad, la historia de cómo nos conocimos no tiene mucho de especial. Me pareció un chico majo y tenía curiosidad por estar en una relación, ya que mis amigas ya habían tenido experiencia al respecto. Antes no se... era como más, atento, más considerado, y aunque realmente él sigue siendo el mismo siento que algo ha cambiado. Y yo necesito atención. La necesito porque siempre me ha sido concedida. Cuando me pidió que viviéramos juntos yo creía que iba a ser otra cosa, creía que, como comento, iba a estar más pendiente de mí y cuando lo veo tirado en el sofá viendo la tele como un bobo y yo en la cocina, pues sí, me dan muchas ganas de matarlo. Pero con amor, porque le tengo mucho cariño.

Por otro lado, sé que soy algo excéntrica y que tengo diversas manías. Pero soy así, y sabe? No pienso cambiar por nadie. La verdad es que esta odisea barra experiencia de la convivencia me está matando, y no sólo a mí, sino nuestra relación. Y por eso vengo aquí, que usted no crea que lo hago por gusto, es una decisión madura y meditada por ambos.

Así que sí, podría decir que Jacob se ha convertido en mi luz y mi sombra, en mi dulce tormento; estoy tan enganchada a e´que se me hace raro la idea de volverme con mis padres, pero por otro lado, a veces le tiraría la televisión encima.

El terapeuta analiza ambos papales con las tareas proporcionadas a cada uno de los pacientes. Es un caso habitual, la convivencia muchas veces trae de cabeza a muchas parejas, pero cree curioso el hecho innegable del apodo que ya no sabe si es casualidad o no de “Tormento y tormenta”.
Blanca



2 comentarios:

  1. Curiosa forma de introducir el título... como apelativos que se dan los personajes.

    Sencilla y clara... no me ha gustado el comportamiento de Diana... pues no tiene que cambiar ni nada, pero me repele la gente consentida, y esta es a sabiendas.

    Problemas de pareja... aish, da para libros, teatro, cine y comedias músicales.

    Un besazo!

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  2. Me ha gustado mucho que escribas las dos versiones! Y el hincapié que ambos hacen en el rollo este que les pasa de Amor de hoy, desamor del mañana.
    Me siento como la psicóloga que los escucha e intenta mediar entre los dos ^^
    Mu chulo,
    Rosa

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