1/10/12

El erudito de las nubes (Blanca)

Enrique iba a cumplir veinte años en pocos meses. Debía de hacer como todos sus compañeros, bueno, como todo mozo español que ni estuvera loco o incapazitado para hacerlo, el servicio militar, pues era obligatorio.

Este joven pueblerino conquense, era muy popular entre los quintos de su su pueblo: Casillas de Ranera. Era hijo único (cosa impropia en aquella época y más en los pueblos) y sus padres lo querían como a nada en el mundo... hasta se podría dedir que lo mimaron en exceso. Los dos, eran preofesores, por lo que a Enrique nunca le faltó de nada (y más siendo hijo único). Nunca fue muy bueno en los estudios (lo que entristeció a sus padres); él decidió ser carpintero, como su abuelo, al que amaba como si fuera su verdadero padre y cuando faltó, hará como unos cinco años, decidió que sería como él, desde siempre fue su ejemplo.

Las relaciones con los demás chicos y chicas de su edad fueron buenas, hay que decirlo, y a estas alturas(cuando todos los de su quinta habían cumplido o iban a cumplir los veinte) era muy popular, el Enrique, o... más bien conocido como “Chula”. 
 
Era un trabajador nato, se lo tomaba muy en serio; la verdad es que no trabajaba en el pueblo, sino en una aldea vecina, donde conocía a un amigo el cual tenía un taller.
Así que vida muy normal, por lo que se ve... tapoco aspiraba a irse a la ciudad, donde sabía que tendría más posibilidades y algunos conocidos amigos se habían marchado ya hacía años, al fin y al cabo cada uno hace su vida, es una verad universalmente reconocida.

Cada tarde-noche, aunque fueran diez minutos, se reunían en el único bar del pueblo, entre ellos se hacían unas risas, jugaban a alguna partida de cartas o dominó...

Y una tarde, entre cervezas, con la canción de fondo de moda entre la juventud que versaba “no controles mi forma de vestir...” y cartas de baraja española, surgió el tema. El tema en cuestión era: “ ¿Cómo coño hacer para de un modo u otro no entrar en el servicio militar como hacian todos los pringados del país” Ojalá cambien pronto la ley, porque la juventud española está muy harta.

Al menos, es lo que pensaban los jóvenes pueblerinos de aquel pequeño y recóndito pueblo, bueno... una parte, todo hay que decirlo. También los había que si querían ir a “la mili”, pues según ellos, era obligación de todo ciudadano español que se preciara. “¿no hacer el servicio militar?”, coño, eso era cosa de maricas...
Enrique, Lucas y Pablo, los tres amigos de siempre los cuales se juntaban cada tarde- noche, comentaban:
  • Bueno, entonces el plan ¿cuál es si se puede saber?
  • Hacernos los locos, ya te lo hemos explicado como doscientas veces.
  • Ya tío, pero esque no le veo a eso no pies ni cabeza... ¿Por qué no finjimos que somos gays y que vivimos los tres un triángulo amoroso desde nacimiento?
  • Mira, déjalo. Eso ni de coña ¿me oyes? Yo no quiero hacer la mili porque sea un maricón, sino porque no veo bien tener que hacerla, debería ser una opción, no una obligación ¿sabes? Pues eso...
  • Hombre, lo de hacernos los locos, yo lo veo, no sé vosotros; pero he de reconocer que si nos hacemos los locos los tres a la vez, cantará un poco ¿no?
  • Sí, lo veo, pero si uno hace de loco, ¿los demás que finjimos? Esque esa es la cuestión ¿sabes? Que tampoco hay muchas más alternativas viables....
  • Bueno, pues no se hable, más, los tres finjimos locura, demencia, como el tio Tomás el de las cabras cuando le dicen que debe dinero.
    Los tres jóvenes rieron al unísono carcajadas llenas de vitalidad.
  • A ver si va a ser verdad que estás loco, “erudito de las nubes”.
  • Eso, eso.
    Silencio. Los tres amigos se miran las caras, cogen sus respectivas cervezas para absorver de la botella aquel líquido aún frío y refrescante. Es otoño, pero no dicen que no a una cerveza bien fría.
  • Pero Enrique, vamos a ver, dejémonos de bromas...¿ tú de verdad te lo crees?
  • ¿Acaso crees que voy en broma?, por intentarlo no va a pasar nada. Oye, que si no quereis hacerlos los locos, haceros pasar por maricones y ya está, eh? A mi me da completamente lo mismo.
  • Te deberíamos de cambiar el apodo de Chula por “Erudito de las nubes”.
  • De tan poético que pareces, me antojas maricón de verdad...
  • ¡Eh! Gilipollas! Eso nunca.
  • ¿Y por qué erudito de las nubes?
  • Pues simple, siempre estás pensando cómo escapar a lo que no te gusta, a lo que es obligatorio y no lo aceptas sin más, como la gran mayoría. Erudito de as nubes porque pareces un poco loco a veces, y yo creo que si llevas a cabo tu plan, se lo creerán de veras, porque en el fondo a veces te crees loco.
  • ¿Sí? ¿Esa es tu opinión?
    Enrique se rió de buena gana.
  • Mira tío, puede que a veces se me vaya la olla y os proponga excentridades, pero te digo que no hay que conformarse con lo que a uno le dan y más si no le gusta. Por ejemplo lo del servicio militar, ¿hasta cuando? Yo creo que algún día no estará, seguro que mis hijos no tendrán que hacer obligadmente algo impuesto y será algo voluntario, como debía de ser. Y por cierto, yo pensaba que pensabais lo mismo que yo, pero ya veo que me habeis seguido el rollo todo el rato para nada.
  • Erudito de las nubes, venga, no te piques...
    Sus dos amigos se rieron al unísimo, mientras Enrique muy seriamente, pensaba (solo para joderlos) que llevaría a cabo su plan, que saldría vencedor y que se libraría de la mili; no como ellos.
  • Bah....


3 comentarios:

  1. La clave es la mili obligatoria :)

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  2. ¡Aja! me dio tiempo de leerlo ahora (es que me voy corriendo o no llego xD).

    Me alegra por fin leer algo tuyo... ya tenía ganas de volver a esto. Historia corta pero con fundamento. Me gsutó el tema que escogiste para este título y como apodo es mucho mejor que "el Chula" eso es taaaan cani ^^

    El personaje que más me gusto es Enrique, ya que es el único que no se conforma con lo obligado y quiere cambiar las cosas, aunque tenga que pensar en planes excéntricos o complejos.

    Ya veremos que sale con mi título.

    Muchos besos :)

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  3. jajaj el chula era uno de mi pueblo, por eso del apodo, no me salía otro, siii es muy cani ajajjajajjaa

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