30/10/11

Koala (Esther)

- Desde que ha regresado de Sidney Marcus sufre sonambulismo todas las noches - le digo a Ivonne quitándome las bragas. Me siento en esa silla que me hace sentir terriblemente patosa y me preparo para la ecografía - Llevo tres días sin dormir y no paro de sufrir calambres en las piernas - me quejo molesta.

- Baja un poco más el culete Álida. Un poco más... más... ¡Listo! - me dice Ivonne colocando su cabeza entre mis piernas - A parte de los calambres ¿has tenido alguna molestia más en estos días? - me pregunta mientras se coloca los guantes de látex.

- Un poco. Me han molestado los ovarios y he tenido más nauseas que de costumbre. He vomitado toda la semana al despertarme. Ahora no puedo soportar para nada el olor de la leche.

- No te preocupes, es algo normal. Ya estas en la semana número treinta y seis del embarazo, nos quedan a penas cuatro semanas para ver a esta ricura nacer - me dice sonriente. A Ivonne le encantan los bebés, pero la pobre no consigue quedarse embarazada, ya que tiene ciertos problemas en el útero. Nunca me ha dejado claro de que se tratan, pero se que algo no le funciona bien por esa zona. Ella sabrá bien, es la ginecóloga.

- Como te estaba diciendo, Marcus me esta volviendo loca. No me deja dormir ni una sola noche. Además, lo paso realmente mal, pues pienso que puede acabar haciéndose daño, andando de un lado a otro de la casa, a oscuras - le digo mientras me coloca ese gel fríoy pringoso sobre mi barriga. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

- Bueno, no te preocupes, que vaya al médico y se lo comente. Seguro que es por el cambio de horario y demás. Le estará costando acostumbrarse a las horas de sueño y necesitará gastar más energía por la noche - me dice apretándome la barriga y palpando la zona - Yo tengo un amigo que comenzó a tener episodios de sonambulismo por el estrés en el trabajo y una paciente que pillo a su marido en la cama con otra y más de lo mismo. Así que vaya al médico pronto, y por su bien y el tuyo, que solucione ese problema cuanto antes. Que dentro de poco comenzareis a dormir menos - me dice guiñándome un ojo - Esta todo en orden preciosa. Vamos a hacerte una cito también.

Comienzo a llorar sin control alguno. Ivonne levanta la cabeza y me mira.

- ¿Pero que te ocurre guapa?. Todo va bien, no te preocupes - me dice intentando reconfortarme.

- No Ivonne. El problema es que Marcus cuando esta sonámbulo cree que es... que es un... - trago saliva - ¡Oh Dios!, me da vergüenza hasta decirlo en voz alta. No quiero creérmelo.

- ¿Un que Álida? - me dice incorporándose y cogiéndome de la mano.

- Un koala - le digo en un llanto interminable. La pobre no contiene la risa y una carcajada sana y profunda retumba en la habitación.

- Lo siento - me dice arrepentida - ¿Cómo sabes que actúa como un koala?.

- Pues por que esta durmiendo más de quince horas al día, se ha comido todas las plantas de casa, incluso el tronco de las mismas, y salta de sofá en sofá y de lámpara a lámpara, que ya se ha cargado todas las del comedor, y se queda enganchado ahí, sonriendo, como si fuera un koala - dejo de llorar e intento calmarme - Y se que es un koala por que Marcus ha estado seis meses fuera estudiándolos y de tanto estudiarlos se ha quedado tonto - sollozo.

- No se Álida. Quizás no sea nada. Tú lo que tienes que hacer ahora es tranquilizarte e ir cuando antes con él a un médico.

- Pero el problema es que él no lo sabe. En las horas que esta despierto, que son pocas, actua con tanta normalidad que me sabe mal asustarlo con esto. No se, no quiero que se preocupe. En nada va a nacer Roberta y lo que menos quiero es que recaiga en un estado peor que en el que se encuentra.

- Vamos a ver. ¿Él no se ha dado cuenta de nada? - me dice quitándose los guantes.

- Pues si. Se nota más cansado de lo normal, pero lo asocia a que no lleva casi nada de tiempo en casa y ya esta. Ni siquiera se dio cuenta de que faltan las dos lámparas grandes del comedor y que las plantas que teníamos en nuestro cuarto han desaparecido.

Ivonne me ayuda a levantarme de esa puñetera silla y me visto en un momento.

- Bueno, pasate dentro de un par de días y terminamos con la revisión. Ahora estas demasiado alterada para seguir.

- Vale. Te llamo en un par de días y concretamos - le digo con una sonrisa rota. 

Salgo de la consulta cabizbaja, muerta de la vergüenza. Cuando llego a casa, Marcus está dormido en el sofá, desnudo. Esta abrazado a un peluche de un koala, uno que me regalo mi madre para la niña. Intento quitárselo realmente enfadada y este me gruñe, como un animal.

- Hija mía, este es tú padre - digo en voz alta acariciándome la barriga. Marcus me mira y agarra con más fuerza a su nueva "pareja". 
 
Esther

1 comentario:

  1. Madre mía, que mal rollo el padre de la criatura con el comportamiento de un Koala, sí que tendría que tener paciencia la mujer para aguantarlo...
    Me gusta el personaje de la ginecóloga, a mi la única que me ha tratado me hablaba como si fuera un niña, con oz superbajita que no entendía casi nada jejej
    Un besazo!! Yo el mío lo intentaré subir hoy y tb pongo títuloo.
    Blanca

    ResponderEliminar